¡Vaya confianzas!
A veces los animales silvestres se comportan como si fueran domésticos.
Hace unos dos meses, noté que las corderas estaban un poco ariscas y se espantaban de la puerta de la nave y ví que tenía arañazos en el revestimiento, “algún perro, gato ó zorra anda hurgando aquí” me dije. Pasados unos días cuando fui a atenderlas vi con sorpresa que un conejo adulto salió entre las corderas y se esfumó por una rendija de la puerta, “vaya, lo que había de ser; le gustará el sitio, buscará refugio ó de comer ó vete a saber”.
Ya me había olvidado del tema cuando un día sacando la basura de las corderas con la pala ví aparecer en una carga, lo que me pareció unas ratas, pero al acercarme me llevé un chasco cuando comprobé que eran conejos, pequeños como del tamaño de ratas medianas. Demasiado tarde: habían perecido al entallarlos la pala; se ve que tenían la camada junto a un pesebre que estaba de más, ¡probecillos!
No había vuelto a ver ningún conejo dentro, aunque sí parecía que podían seguir entrando y tal vez cobijándose en la pila de alpacas de heno pues se veían túneles y pasadizos… hasta que ayer me encontré a dos, ya algo creciditos en el canto de la puerta, no se atrevían a salir porque estaban allí al acecho los perros; los atrapé (con guantes, pues muerden) y en cuanto los solté ya dentro salieron como un cohete hacia las alpacas. Hoy volví a ver a otro, y lo mismo, se coló entre el heno. Está claro que se han criado ahí. ¡Quien lo iva a decir! Conejos de campo haciendo camadas en una nave de ganado. Son un poco sinvergüenzas.
Hace unos dos meses, noté que las corderas estaban un poco ariscas y se espantaban de la puerta de la nave y ví que tenía arañazos en el revestimiento, “algún perro, gato ó zorra anda hurgando aquí” me dije. Pasados unos días cuando fui a atenderlas vi con sorpresa que un conejo adulto salió entre las corderas y se esfumó por una rendija de la puerta, “vaya, lo que había de ser; le gustará el sitio, buscará refugio ó de comer ó vete a saber”.
Ya me había olvidado del tema cuando un día sacando la basura de las corderas con la pala ví aparecer en una carga, lo que me pareció unas ratas, pero al acercarme me llevé un chasco cuando comprobé que eran conejos, pequeños como del tamaño de ratas medianas. Demasiado tarde: habían perecido al entallarlos la pala; se ve que tenían la camada junto a un pesebre que estaba de más, ¡probecillos!
No había vuelto a ver ningún conejo dentro, aunque sí parecía que podían seguir entrando y tal vez cobijándose en la pila de alpacas de heno pues se veían túneles y pasadizos… hasta que ayer me encontré a dos, ya algo creciditos en el canto de la puerta, no se atrevían a salir porque estaban allí al acecho los perros; los atrapé (con guantes, pues muerden) y en cuanto los solté ya dentro salieron como un cohete hacia las alpacas. Hoy volví a ver a otro, y lo mismo, se coló entre el heno. Está claro que se han criado ahí. ¡Quien lo iva a decir! Conejos de campo haciendo camadas en una nave de ganado. Son un poco sinvergüenzas.
3 comentarios:
¡Qué bonita historia!,la que nos relatas. Daría para una película de dibujos animados y cómo no, también real como la vida animal misma. Esos animalitos, nacen viendo ese entorno y no tendrán más remedio que adaptarse; qué remedio. Además sentirán como normal encontrarse entre ovejas y corderitos. ¡Qué curioso!
Vaya documentales de naturaleza, flora y fauna que pasan delante de tus ojos y esos sí que son con sonido natural, olores naturales y en pantalla gigante, nada de plana, en relieve...
Pues mira que bien: Los conejos han llegado solos, así es que dedícale un tiempo paralelo y ya sabes: una granja de conejos y de corderos. Luego a gusto del consumidor. ¡Quiero carne de cordero.! Pues ahí va. ¿Ahora carne de conejo.! Pues tamben tengo. Explota la oportunidad.
(Paco
¡Ja! No había pensado en explotar el posible negocio. Creo que no será necesario para controlarlos; ya se encargarán de eso los muchos enemigos que tienen.
Y si consiguen librarse de todos ellos, siempre les quedan los cazadores.
Por si todo esto fuera poco tienen además el peor factor en contra: la mixomatosis y otra enfermedad más reciente que no recuerdo su nombre; "la vírica" me parece que le llaman.
Hay veranos que se ven muchos conejos de cría, que corretean a la orilla de los caminos al caer la tarde, pero que luego desaparecen antes de llegar el invierno, no llegan a desarrollarse.
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