lunes, 27 de agosto de 2007

Tormentas



¡Vaya dos días de truenos y agua que hemos tenido!
El sábado después de mediodía se fué poniendo cada vez más oscuro y ya sobre las seis se levantó un ventarrón que arrastró una gran polvorina, luego ya a llover, cuanto mas llovía más soplaba el aire, durante unos momentos no se veía más allá de cincuenta metros, por lo densa y fuerte que caía el agua. Fué la tormenta más fuerte, y también la más curiosa: los truenos eran tan seguidos que se oían como uno sólo y que no tenía fin;
todo el aparato eléctrico se desarrollaba en el interior de la nube, sin “caer” los rayos a tierra, afortunadamente. Luego vinieron más tormentas menos fuertes, por la noche, esta mañana, hasta mediodía; esta tarde ya abrió y con buena temperatura a pesar de lo llovido (unos 34 litros/m2 en total). Se ven por ahí ramas y copas rotas.
Ayer daba pena la “pagañera”, la pinta que le quedó después de caerle los chuzos encima, y así bien mojada sigue ahí la probecita, caiga lo que caiga.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Pobrecita PAGAÑERA, más que mojada parece que está asada, churruscada. Porque aclaras que está empapada debido al chaparrón que le cayó encima... - Manolo

Agustín dijo...

Pues si, la pagañera aguantando lo que sea.Pero hoy ya ha hecho "novillos", se ha ido, fui a ver y ya no pude ver nada, ni huevo ni pájaro, será que ya ha salido el pollo, lo oí piar, pero me fué imposible localizarlo, si los adultos son difíciles de ver, cuánto más será éste que será bien pequeñajo y además con la instrucción de esconderse, el joio.

jo artin au dijo...

Como extiende, la Naturaleza, su abanico de realidades, ¿No?. Desde ese único y dilatado enjambre de truenos enjendrados poderosamente por sus rayos- tal como mencionas, Agustín, en la noticia- hasta el nacimiento de lo más delicado. Puede uno figurarse (¿porque no?, aunque sólo sea una figuración) que no convenía que cayera, en esos momentos, ni uno de esos potentes rayos.

Joan Martín

Agustín dijo...

Desde luego que mejor así: sin llegar los rayos a tocar suelo, pues son capaces de lo peor. Ya se han visto ó conocido demasiados estropicios causados por estas cosas.
Son un poco raras estas tormentas. A más personas se lo oí decir: mucho aparato eléctrico aunque sin consecuencias; todo sucedía allá arriba.(Salvo en algunos sitios de la comarca de Vitigudino que según se dice cayó piedra)
Por la noche era tan fuerte la sucesión de relámpagos que rivalizaban con el espectáculo pirotécnico que hubo en Aldeadávila, aunque no coincidieran por poco.
Todos guardamos en nuestra memoria alguna experiencia pasada con una que otra tormenta “de las gordas” que nos pilló a la intemperie ó como mucho en una cabaña, pasándolas canutas viéndo los rayos tan cerca y deseando que aquello pasara cuanto antes. Las hemos conocido tremendas.

Lo bueno es que el agua caída hace que ya se pueda empezar a sembrar, sin prisas.

jo artin au dijo...

Sí, sí. Claro. Este abanico de realidades en que la Naturaleza se despliega tiene, como todos los abanicos, dos caras. Una amable e incluso de sobrecogedora belleza y la otra cara puede ir desde una cierta y molesta inclemencia pasando por "pasarlas canutas" hasta provocar horribles tragedias causadas por ejemplo por un terremoto (ahora mismo, Perú).
Ahora bien, lo bueno en este caso, como dices, es que la aguja con el hilo de las coincidencias ha unido las varillas de este abanico, de tal manera que esa agua ha sido de lo más oportuno.