Rigores del verano
Desde junio no había vuelto a llover en condiciones; varios pronósticos se venían a quedar en nada. Eso y los rigores de este verano (no en julio) que en estos últimos días el calor apretó lo suyo (el sábado pasado fue demasiado, ni a la sombra se encontraba alivio), estaban dejando un panorama muy severo: ganado que bebe mucha agua, robles que como otros años pierden prematuramente sus hojas y el suelo seco, muy seco.
Pero esta vez se cumplió lo previsto; domingo por el día llovió un poco y ya por la noche dieron en sucederse las tormentas unas tras otras; relampagueaba en todas direcciones y al menos aquí no cayeron rayos cercanos; sí en pueblos de alrededor (en Aldeadávila averió un transformador y salvo 6 ó 7 canales de televisión las demás dejaron de verse; la telefonía móvil tambien se vió afectada; este martes ya se normalizó todo). Lo bueno es que llovió y de veras, a ratos caía a mares, con gotas gruesas; en total 30 l. que han calado bien la tierra, ideal para moverla, que estaba muy escasa. El fuerte calor ya no lo es tanto.
Grabé la luz de unos relámpagos; al más cercano ralentizando el vídeo le pude hacer una captura en la que parece de día, y eso dura menos de un segundo.