Tormentas
¡Vaya dos días de truenos y agua que hemos tenido!
El sábado después de mediodía se fué poniendo cada vez más oscuro y ya sobre las seis se levantó un ventarrón que arrastró una gran polvorina, luego ya a llover, cuanto mas llovía más soplaba el aire, durante unos momentos no se veía más allá de cincuenta metros, por lo densa y fuerte que caía el agua. Fué la tormenta más fuerte, y también la más curiosa: los truenos eran tan seguidos que se oían como uno sólo y que no tenía fin;
todo el aparato eléctrico se desarrollaba en el interior de la nube, sin “caer” los rayos a tierra, afortunadamente. Luego vinieron más tormentas menos fuertes, por la noche, esta mañana, hasta mediodía; esta tarde ya abrió y con buena temperatura a pesar de lo llovido (unos 34 litros/m2 en total). Se ven por ahí ramas y copas rotas.
Ayer daba pena la “pagañera”, la pinta que le quedó después de caerle los chuzos encima, y así bien mojada sigue ahí la probecita, caiga lo que caiga.
El sábado después de mediodía se fué poniendo cada vez más oscuro y ya sobre las seis se levantó un ventarrón que arrastró una gran polvorina, luego ya a llover, cuanto mas llovía más soplaba el aire, durante unos momentos no se veía más allá de cincuenta metros, por lo densa y fuerte que caía el agua. Fué la tormenta más fuerte, y también la más curiosa: los truenos eran tan seguidos que se oían como uno sólo y que no tenía fin;
todo el aparato eléctrico se desarrollaba en el interior de la nube, sin “caer” los rayos a tierra, afortunadamente. Luego vinieron más tormentas menos fuertes, por la noche, esta mañana, hasta mediodía; esta tarde ya abrió y con buena temperatura a pesar de lo llovido (unos 34 litros/m2 en total). Se ven por ahí ramas y copas rotas.
Ayer daba pena la “pagañera”, la pinta que le quedó después de caerle los chuzos encima, y así bien mojada sigue ahí la probecita, caiga lo que caiga.